«Hay solo dos cosas con las que uno se puede acostar: una persona y un libro».
-Ray Bradbury-
Más que una costumbre es un placer. Leer antes de dormir nos libera de un día de preocupaciones. Este hábito es uno de los preferidos de nuestro cerebro porque le encanta ser estimulado y seducido cada noche.
Cada cual tiene sus hábitos, sus costumbres y estilo de vida. Sin embargo, lo queramos o no, esas rutinas previas al descanso nocturno determinan en muchos casos nuestra calidad de vida.
Darnos una ducha relajante, ponernos ropa cómoda, prepararnos una buena infusión y después irnos a la cama con un libro, es algo simple, económico y gratificante.
Leer antes de dormir es a fin de cuentas una sencilla forma de felicidad a la que no deberíamos renunciar.
Porque los estudios demuestran que leer entre media hora o una hora justo antes de acostarnos, reduce de manera significativa nuestros niveles de estrés.
- La mente se distrae y se aleja de nuestras presiones cotidianas. Le ofrecemos un escenario donde liberarse, sentirse segura y relativizar.
- Asimismo, se ha podido demostrar que nuestros músculos también se relajan. Es más, nuestra respiración se ralentiza y se vuelve más rítmica.
- La lectura es para los expertos la mejor alternativa ante la televisión o los dispositivos electrónicos. Estos últimos «engañan» al cerebro haciéndole pensar que aún es de día. Todo ello se debe a la luz azul, la cual reduce de forma directa la producción de melatonina.
A pesar de que en la actualidad aún no tenemos ninguna cura ante las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, hay un aspecto que sí tenemos a nuestro favor. La posibilidad de entrenar nuestro cerebro para hacerlo más resistente, más fuerte ante el declive cognitivo.
Un modo de lograrlo es leyendo. Si además adquirimos el hábito de leer justo antes de dormir, optimizaremos aún más nuestros procesos cerebrales. Gestionaremos mejor el estrés, dormiremos mejor, estimularemos la memoria, la agilidad mental, la imaginación… Por lo que al menos; vale la pena tenerlo en cuenta.
Un cerebro relajado impulsa a la mente creativa. Una persona que noche tras noche se alimenta de historias, aprendizajes, relatos, posibilidades y fabulosos descubrimientos, impulsa aún más su inventiva, su originalidad y posibilidad de creación.
Y en los más pequeños, no solo mejoramos su cultura, vocabulario y habilidades expresivas, además, desarrollamos su pensamiento abstracto.
Pocas cosas pueden ser más negativas que irnos a la cama de mal humor. Enfadados por un día de trabajo complicado. Incómodos por alguna desavenencia con nuestra pareja, preocupados por las noticias, por eso que nos pasó ayer, por eso que debemos hacer mañana.
Uno modo de «romper» con el ciclo de la preocupación es a través de un libro. Leer antes de dormir es como coger un billete directo hacia una isla de paz. Es permitirnos ser alguien diferente, con otras rutinas, otras pieles y otras misiones. Solo durante media hora o dos horas, nos podemos permitir conectar con ese universo paralelo para descansar de la realidad.
Hacerlo, regalarnos esos instantes diarios de paz, es entrenar a nuestro cerebro en el arte de la calma y la relajación. No dudemos por tanto en practicar este ejercicio cada noche, vale la pena y vale la salud.
Cojamos un libro de papel dejemos que nos lleve ahí donde él desee.
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