Un día después de Navidad aparecerá en el cielo un “anillo de fuego” mientras que la Luna se mueve frente al Sol en un fenómeno poco común.
Se trata de un eclipse solar anular que no podrá ser visto desde Uruguay. Cuando la Luna está más alejada de la Tierra y está “más pequeña”, no alcanza a tapar por completo a la superficie del Sol. Entonces, lo que se ve es un anillo entorno al satélite.
La NASA informó: “En la cúspide de este eclipse, el centro del Sol parecerá faltar y la Luna oscura parecerá estar rodeada por el Sol brillante”.
El eclipse solar anular durará un máximo de tres minutos y 40 segundos. En esta ocasión, podrá ser observador de manera parcial en el extremo oriental de África y Asia y en la mitad septentrional de Oceanía.
Aunque el eclipse anular no podrá ser admirado desde América Latina, se podrá seguir el fenómeno en vivo desde la web de la NASA.
Son muchos los que piensan que fenómenos como los eclipses provocan alteraciones en el comportamiento de animales y seres humanos. En antiguas civilizaciones, eclipses como el del próximo martes eran motivo de creencias, mitos y leyendas.
Lo cierto es que no existen evidencias médicas de que un eclipse pueda afectar físicamente a alguien, pero sí a nivel psicológico. Según estudios científicos, puede haber efectos psicológicos y alteraciones en los ritmos internos del cuerpo.
Es probable que se puedan percibir algunos cambios, como que algunos animales comiencen a dormir antes de lo habitual por creer que la noche llega antes a causa de la sombra que generará la Luna cuando se encuentren entre el Sol y la Tierra. También es probable que nos demos cuenta de que pesamos algunos gramos menos de lo normal, ya que la gravedad cambiará mínimamente durante unos minutos. Pero serán variaciones casi imperceptibles.
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