El cambio de año es una buena época para hacerse nuevos propósitos, tales como seguir una alimentación más vegetal o realizar más actividad física. Pero como es mejor empezar poco a poco no olvides estas recomendaciones para las fiestas.
No te saltes comidas
Después de comidas copiosas, como la cena de Nochebuena o la comida del día de Navidad o la cena de Nochevieja, no es bueno saltarse las comidas que las siguen. Una opción es hacer una cena o una comida ligera con ensalada o verduras hervidas, huevos duros o pescado a la plancha.
Vigila mucho los dulces
Si se abusa de los dulces, aunque se haya comido mucho, enseguida se vuelve a tener hambre. «Cuando comes muchos dulces, aumentan los niveles de glucosa en la sangre, y entonces el páncreas segrega mucha insulina para recoger esta glucosa, que si llegara a niveles muy altos sería peligrosa, y la almacena. Como ha habido una liberación masiva de insulina, el cuerpo detecta que le falta más azúcar para volver a los niveles normales y te dice: “Vuelve a comer”. Y esto acaba siendo el pez que se muerde la cola».
Cuidado con los aperitivos grasos
Los patés, los quesos o los embutidos se pueden sustituir por otros alimentos menos calóricos, como espárragos, corazones de alcachofa con jamón, o marisco hervido o a la plancha.
Elige entre aperitivos y postres
Si se abusa de los aperitivos, hay que poner límites a los postres. En cambio, si no se hace mucho picoteo, se puede comer un poco más de turrones, barquillos o polvorones.
El alcohol, un triple peligro
Más allá del peligro al volante y de los efectos nocivos que tiene para la salud, el alcohol aporta muchas calorías, especialmente los licores de alta graduación, como los chupitos o el whisky. No deberiamos de tomar dos o tres copas de vino o cava por comida.
La Navidad no dura 15 días
Entre el 24 de diciembre y el 6 de enero, tienen lugar como máximo seis celebraciones en las que las comidas pueden ser más abundantes. El resto de días, hay que comer con normalidad, priorizando una alimentación más vegetal que incluya cinco ingestas de fruta o verdura al día, legumbres, arroz o pasta, huevos, pollo o pescado. Estos días en los que se come de forma más ligera se puede tomar alguna porción de turrón en el postre sin tener remordimientos.
Escucha a tu cuerpo
Tener una mala digestión, sentirse pesado, notarse un poco bajo de ánimo si se ha abusado de los dulces, tener necesidad de desabrocharse el botón del pantalón o tener la sensación de llegar forzado a la siguiente comida son síntomas que pueden indicar que se ha comido demasiado.
Más ingesta, más movimiento
Realizar un poco de actividad física incrementará el gasto energético. El ejercicio después de comidas abundantes, aunque sea pasear, puede ayudar al cuerpo a restablecer el peso que se tenía antes de las fiestas. Andar, bailar o jugar con la videoconsola con movimiento pueden ser opciones alternativas adecuadas a los juegos de mesa sentados.
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